Jungkook arrugó la hoja y corrió hacia adentro al escuchar los gritos de Taehyung pidiendo que lo soltaran.

-¡Suéltenlo!- El rubio gritó al llegar a la escena. Las lágrimas inundaron sus ojos al ver cómo le apretaban a su osito una camisa de fuerza. -El no está loco, maldita sea. ¡Suéltenlo!- Se acercó rápidamente a los hombres, tratando de quitarlos de encima de Taehyung. -¡El no está loco!- repitió una vez más, ésta vez con lágrimas ya corriendo por su rostro.

Forcejeó un rato con los dos tipos, cayendo al suelo cuando éstos lo empujaron.

-Me temo que no podemos hacer eso, niño.- El sustantivo fue escupido con asco.

Por otro lado, Taehyung también forcejeaba contra la camisa de fuerza que le habían impuesto, con su rostro mojado y su mirada llena de temor y desesperación clavada en Jungkook, en busca de ayuda.

-Kookie- Las palabras apenas podían entenderse entre los sollozos y la fuerza que el chico aplicaba al trata de soltarse del agarre de los detestables enfermeros que lo estaban arrastrando fuera de su departamento. -¡No dejes que me lleven!-

Jungkook se levantó del suelo y corrió desesperadamente detrás de ellos, esquivando a los vecinos que estaban mirando todo lo que estaba sucediendo, escaleras abajo y hasta que salieron del recinto por completo.

-¡Taehyung!- El de ojos oscuros gritó al ver como metían al amor de su vida dentro de una camioneta con el logo del hospital mental y cerraban la puerta de ésta. -Voy a sacarte de allí.- Su garganta casi rompiéndose por el tono de voz que utilizó.

Los neumáticos chirriaron contra el pavimento y el automóvil comenzó a alejarse en el momento en que las piernas de Jungkook fallaron y él rompió a llorar sobre la acera, golpeando con sus puños la misma.

-¡Voy a sacarte de allí, Tete!-